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Crónica de la ascensión
al Posets (Pirineos)
(28-30 junio 2003)
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Primera ruta del grupo Haciendo Camino a Pirineos. Todos habíamos
estado por nuestra cuenta, pero esta era la primera vez que íbamos
como grupo. Pedro, Alberto, Ángel, Félix y Fernando
estuvimos preparando durante unas semanas esta aventurilla, para ascender
al conocido pico del Posets (3.375m), segunda cumbre pirenaica
y sexta de España. Una inoportuna infección de oídos
de última hora estuvo a punto de chafar los planes de Alberto,
pero gracias a Dios y a los antibióticos, al final también
vino.
Sábado, 28 de junio
Allí estábamos todos a las ocho de la mañana,
con más ilusión que un niño el día de
Reyes.
Viaje en coche hasta Eriste, pueblo oscense cercano a Benasque. Comimos
un poco, y por una pista maltrecha que se toma a la salida del pueblo
subimos hasta la Pleta del Estallo (1505 m), donde aparcamos.
Mochilas la hombro iniciamos la subida hacia el refugio Angel Orús
(2100 m) por una preciosísima senda, con una exhuberante
vegetación. La primera sorpresa fue la cascada de la Espigantosa,
al poco de iniciar la ruta. Todo el camino, en constante subida, discurre
a lo largo del cerrado valle del Grist, recorrido por dicho río,
con cascaditas de vez en cuando. La humedad y los repechos nos hacen
sudar la camiseta de lo lindo. Pero encantados de la vida. La senda
es un PR, por lo que encontramos marcas blancas y amarillas, así
como otras de plástico rojo colgadas de ramas. En menos de
dos horas llegamos al refugio.
Nos encontramos con un edificio nuevo, limpio, grande y con buen ambiente
montañero. Tras verlo todo, cogimos cama y estuvimos haciendo
tiempo hasta la cena. Como no había casi cobertura, mandamos
unos SMS a nuestra mujeres, para que supieran que nos acordamos de
ellas. Después un poco de charla, las aventuras de Angel del
Himalaya, y a dormir.
Domingo, 29 de junio
Aunque se podía desayunar desde las seis (los buenos montañeros
madrugan mucho), nosotros nos apuntamos al último turno, el
de las siete y media. Total, teníamos todo el día por
delante.
Antes de las ocho ya estábamos de camino, por una visible senda
parte del GR11.2, con las típicas marcas blanquirojas. El día
había amanecido limpio de nubes y con una temperatura perfecta.
Todo parecía preparado para nosotros. Subida constante. Tras
cruzar el río saltando por las piedras llegamos a una bifurcación
que nos separa del GR, y otra vereda también bien visible nos
lleva al pie de la Canal Fonda (2600 m), estrecho pasillo entre
paredes, cubierto de nieve. Por un segundo dudamos si ponernos los
crampones (Félix tuvo que alquilarlos en el refugio, porque
no los había traído), pero enseguida vimos que nos daría
más seguridad. Además, Alberto y Fernando los estrenaban,
y cualquiera les decía que no. Estupenda y dura subida, clavando
los "pinchos" en la nieve. Según vamos subiendo,
las vistas se vuelven inmejorables.
Al final de la canal, ya sin crampones, y tras reponer fuerzas con
las típicas barritas energéticas, seguimos subiendo,
primero por una pedrera suelta y después por una espectacular
cresta. Sólo desde ella vimos la cima, escondida hasta entonces.
Otro repecho más y, tras no pocos resoplidos, llegamos a la
cumbre. Lo habíamos hecho. Fotos, ver los paisajes, reír
un poco... Todo, todo, a nuestros pies. Al fondo se veía el
Aneto, el Perdiguero, el Espadas, y muchos más que no reconocemos.
¡Qué satisfacción estar allí arriba!
Muy a nuestro pesar, empezamos la bajada, desandando lo andado. La
canal, también con crampones, claro. Paramos junto al río
para comer, no sin antes meter los pies en el agua helada. Seguimos
bajando, y llegamos al refugio. Estábamos rotos de cansancio,
pero contentísimos. Estiramos un poco los doloridos músculos
y aprovechamos para descansar. Cena, más charla y a dormir,
que lo tenemos merecido.
Lunes, 30 de junio
Aunque no nos habría importado estar un par de diítas
más por estos parajes, había que volver a Madrid. Tras
desayunar y recoger todo, empezamos la vuelta hacia el coche, por
el mismo PR. Al estar tan cerca de Benasque, decidimos pasarnos por
la conocida tienda de montaña Barrabés. Compramos cuatro
cosillas, y Félix una súper mochila marca Haglöfs.
Después, derechitos a casa.
El día después
Intercambio de fotos, y a preparar la próxima ruta a Pirineos,
esas montañas que tanto atraen a quienes las han conocido. |
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